Título : | Los buitres : poema | Tipo de documento: | texto impreso | Autores: | Rafael A. FRAGUEIRO (autor) | Lugar-Editorial-Fecha: | Montevideo : LA TRIBUNA POPULAR, 1891 | Descripción física: | 57 p. | Ubicación: | U861.3 F811b | Temas: | POESIA URUGUAYA
| Contenido: | Los dos abismos
En una costa erizada
Si en la noche el navegante
Cambió ya más de un piloto
Peña basáltica y tosca
Hay veces que la ola extraña
Al sentir que el agua inunda
Pronto el dolor los abruma
Es del sol vieja costumbre
Mas si la luna desmaya
Mas como también el mar
¡El mar y el peñón! ¿Qué extraño...
¿Son amigos? ¡No lo sé!
¡Mas no! Ni amor ni amistad
De la pobre nave rota
Y cuando en fiera actitud
La tempestad
Más de una historia tremenda
Como una inmensa palestra
Sus olas lanza y vocea
En esa noche de brega
El mar, gigante pirata
Apenas entre el fragor
Cada ola es un hotel
Un choque y un ¡ay! cruento
Y ¡nada más! El navio
Cuando el sol mostró la faz
¡La calma y la soledad!
Hartos por fin y repletos
Impresiona aquella escena
Cuando ya de la embriaguez
Los náufragos
Mas ¡mirad! no solamente
Mas mira y remira en vano
Del barco anoche deshecho
Su hija! por quien sin duda
Cual herida por el rayo
Por el aire aun no enjugada
En cruz están sobre el pecho
¡Bien pronto se desvanece...
Cuando el sol del meridiano
En tanto, aquella mujer
Tormenta, bajel y el mar
¡Al fin viva! Y en demente
La niña, por vez primera
¡Nada se ve en lontananza!
Mas aurora tras aurora
Pero como es condición
Y ya algún blanco girón
Trdes hubo, que al mirar
Así, en cadena de anhelos
¡Ilusión! Pero ¡ilusión...
La ilusión, es el color
Es, ilusión, leve aliento
La tentación
Así, en ansiosa cadena
Hasta que al cabo... ¿Qué furia...
¿Por qué se rebaja y cede...
¡Carne vil, halagadora...
¿Por qué a tu agresión interna...
Al cabo...la carne impía
¡Ay! por qué aquel hombre rudo...
Oración, ¡santa oración!
¡Oh misteriosa plegaria!
Que sin tí... ¡Oh! si batallan
¡Cuando así la carne embarga...
¡Y el náufrago, infiel, no guarda
Desarmado en el combate
El crimen
Todo era sombra : dormían
Dormían : frío y tranquilo
Nadie se mueve : qué aguarda?
¿Le ha muerto? Sí, no respira
Y cuando el cuerpo del muerto
Y ya sobre el peñascal
Oye otras veces un grito
¡Oh, qué terrible tormento!
Nadaba entre las oleadas
Huye y huye, y le parece
¡pero se encuentra incompleto!
Bajo el impúdico exceso
Al oirle, más se espanta
Con esfuerzo sobrehumano
Y mientras que él se sofoca
¡Allí está! mármol o nieve
Por el crimen estenuado
Que al darle la inteligencia
El energúmeno, al verla
¡Horror! ¡horror! ¡tanto y nada!
Justicia
Como la niña desgarra
Suben, suben, giran, giran
Y caen febriles, cruentos
Pero si él se horroriza
Exasperado, furente
Al ver que sangre chorrea
Está perdido. A lo lejos
Y sin luz y moribundo
Al fin, exánime en tierra
Amanece. El sol azula
Pero ni un buitre se atreve
¡Justicia! que hasta en la tierra | Derechos de acceso/uso: | Dominio público | Nota sobre objeto digital: | Origen del documento: Biblioteca Nacional de España
Autor de la digitalización: Biblioteca Digital Hispánica / autores.uy
OCR: Si
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